SE SUBE EL TELÓN Y EMPIEZA LA FUNCIÓN
De hecho, se han visto apenas 12 veces en partidos interligas, desde que estos fueron instaurados en 1997, con siete victorias para los Gigantes y cinco para los Tigres.
Pero ahora es diferente, porque está en juego el título supremo del mejor béisbol del mundo, que en este 2012 presenta un pareo inédito.
Los managers Jim Leyland, de Detroit, y Bruce Bochy, de San Francisco, están ambos por tercera ocasión en el clásico de octubre y los dos tienen récord idéntico de 1-1.
Leyland ganó en 1997 con los Marlins de Florida y perdió en el 2006 con los Tigres ante losCardenales de San Luis.
Bochy perdió en su estreno en 1998 ante los Yankees de Nueva York cuando dirigía a losPadres de San Diego, pero se coronó en el 2010 con los Gigantes.
Son dos de los más experimentados mentores de las Grandes Ligas, con más de 3,000 victorias combinadas a lo largo de sus carreras.
Esta será además, una serie de marcado acento latino, pues cada equipo tiene a 11 jugadores de origen hispano en sus respectivos rósters.
Nueve venezolanos, igual cantidad de dominicanos, dos boricuas, un cubanoamericano y un mexicoamericano representarán a los nuestros en esta porfía, a la que los Tigres llegan peligrosamente descansados. Detroit barrió 4-0 a los Yankees de Nueva York en la serie de campeonato de la Liga Americana y no ve acción desde el pasado jueves 18.
Aunque se han mantenido entrenado, tan prolongado receso podría hacer que los Tigres pierdan el clímax que consiguieron al limpiar a los Yankees.
Por su parte, San Francisco llega encendido, tras sus épicos triunfos sobre los Rojos de Cincinnati, en la serie divisional, y los Cardenales en la serie de campeonato de la Liga Nacional.
En ambas ocasiones, los Gigantes estuvieron a una derrota de ser eliminados y necesitados de tres victorias para avanzar a la siguiente ronda y las dos veces consiguieron hacer el milagro.
Peligroso el descanso de Detroit
En tres oportunidades anteriores, un equipo llegó a la Serie Mundial por barrida en su serie de campeonato de liga y debió esperar a que su rival jugara siete partidos y siempre, los más descansados terminaron perdiendo el clásico otoñal.
Incluso, uno de ellos fue Detroit en el 2006, que cedió en la Serie Mundial ante un San Luis aparentemente más agotado.
Pero eso es pasado y ni la historia, ni el béisbol, son ciencias exactas.
Los Tigres parecen algo superiores en el papel y podrán contar con sus dos principales astros de la lomita, Justin Verlander y Max Scherzer, al menos en dos juegos cada uno, con el venezolano Aníbal Sánchez y Doug Fister para completar la rotación abridora.
Detroit se ve bastante redondeado en todos sus aspectos de juego y las únicas preocupaciones que podría tener Leyland son la defensiva de Delmon Young, quien deberá jugar en el jardín izquierdo en los partidos en San Francisco y el cerrador dominicano José Valverde, inefectivo en la postemporada.
Pero el ataque del equipo de la ciudad automotriz se ve imponente y engrasado como una maquinaria, con el ganador de la Triple Corona Miguel Cabrera, Prince Fielder y Young como los pistones principales.
Leyland puede apelar además a la velocidad con hombres como el venezolano Omar Infante, Austin Jackson y Andy Dirks, en tanto tiene al novato Avisaíl García como un arma ya no tan secreta, con sangre fría para los grandes momentos.
Pero los Gigantes están en el paroxismo de su juego, con una alineación bien aceitada, que tiene en el veterano venezolano Marco Scutaro a su inesperado líder.
La velocidad es un factor primordial en la ofensiva de San Francisco, con el boricua Angel Pagán y el venezolano Gregor Blanco como ardillas capaces de ganar una base extra, mientras que Bochy observa de manera esperanzadora el despertar de Buster Posey yHunter Pence en el juego final de la serie ante los Cardenales.
Posey y Pence conforman junto al venezolano Pablo Sandoval la parte gruesa de la alineación.
Las rotaciones
¿Cómo armará Bochy la rotación? Por lo pronto, sólo se sabe que el renacido zurdo Barry Zito será el encargado de lanzar en el partido inaugural y que Ryan Vogelsong y Matt Caintendrán trabajo asegurado.
Pero tanto Tim Lincecum, como Madison Bumgarner han sido ineficaces en los playoffs y uno de ellos será relegado al bullpen, preferiblemente el derecho, quien lo ha hecho bien como relevista.
Y es precisamente el cuerpo de apagafuegos lo que le ha permitido en gran medida a los Gigantes llegar hasta este punto.
Desde el cerrador mexicoamericano Sergio Romo, hasta los relevistas intermedios como el quisqueyano Santiago Casilla, el boricua Javier López y el también zurdo Jeremy Affeldt han sido verdaderos cerrojos ante los intentos de rebelión de las ofensivas rivales.
La serie se pronostica dura, reñida y sin un claro favorito, con posibilidades de extenderse al máximo de siete partidos.
Aunque en el papel Detroit se ve mejor, la inactividad tan excesiva podría dañarlos e inclinar la balanza a favor de los Gigantes.
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